En La Historia Grande

La voz al otro lado del auricular de Salvador Segundo Gálvez Ramos(85), refleja en algo el cansancio de una extensa cuarentena voluntaria que cumple para bajar los riesgos de contraer el temido Covid – 19; virus que en la gente de avanzada edad puede ser muy peligroso.

Es muy probable que las nuevas generaciones de hinchas albirrojos no sepan que el ‘mono’ es quizás el jugador que más partidos defendió la camiseta del Uní Uní, que además ostenta un récord que podría ser mundial al atajar cuatro penales en un solo partido. O que se dio el lujo de atajarle penales a monstruos del fútbol chileno y sudamericano como lo fueron: ‘Francisco ‘chamaco’ Valdés y Leonel Sánchez.

Confinado hace mucho rato en sus cuarteles de invierno, el profesor, nacido un ya lejano 1935 en Santiago, aceptó de la mejor manera contestar la entrevista que ahora el pueblo unionista tendrá la posibilidad de conocer.

Profesor ¿Cuándo y dónde parte su historia futbolística?

“Fue en la Universidad de Chile, a los 13 años de edad. Fui parte de una de las mejores generaciones de toda la historia de ese club donde tuve de compañeros a Carlos Campos, Leonel Sánchez y una serie de otros jugadores que formaron parte del mítico ‘ballet azul’”.

¿Cómo se generó su llegada a Unión San Felipe?

“En la U estuve cerca de 8 años y salí porque ya en ese tiempo Don Lucho Álamos, que era un adelantado a su época quería arqueros altos(risas). Llegué el 61 cuando tenía unos 25 años. Estuve hasta el 74’ con un intermedio el 69’ cuando fui a Wanderers, pero volví para ser parte del mejor equipo de todos los tiempos de Unión San Felipe. El que fue campeón el año 1971”.

¿Es verdad que atajó 4 penales en un solo partido?

“Fue en un partido contra San Luis. Ya había atajado el tercero, tomé el balón y lo puse contra mi pecho, en ese momento llegó Bracamonte a felicitarme y tocó la pelota con sus manos. El árbitro no dudó y cobró el cuarto. Todos fueron tapados, ninguno al palo o errado. Es la única vez que en Chile ha pasado algo así y la verdad no creo vuelva a repetirse. Fueron en el primer tiempo y ganamos 3 a 0”.

Los penales eran su especialidad ¿Le atajó a Leonel y Chamaco?

“Es verdad y cuando lo hice fue jugando por Unión San Felipe. Hoy puedo contar con orgullo que les ataje a dos especialistas que están dentro de los mejores de toda la historia del fútbol chileno”

¿En qué momento decide hacerse entrenador?

“Cuando Donato Hernández era el técnico, decidí retirarme y el me pidió que siguiera como el tercer arquero. De manera imprevista Hernández dejó el cargo cuando quedaban 8 partidos. Estábamos últimos y nuestra única salvación era ganar todos los partidos para seguir en Primera División. En vista de tamaña empresa ningún técnico quiso venir, entonces como yo era el más experimentado tomé la batuta. Hicimos la proeza de ganar todos los partidos y pudimos conservar la categoria. Ahí nació el entrenador”.

¿Alguna anécdota para compartir?

“Cuando partía el gobierno de Pinochet, sufríamos bastante con los controles carreteros porque dentro del equipo tenía un jugador llamado Miguel Henríquez, entonces en cada control mencionaban a Henríquez y quedaba la tendalada(risas), pero era solo un alcance de nombres, además que la nuestra era con H, y el líder del Mir era sin H”.

¿Es cierto o mito el que mientras usted estuvo en las series menores el club no necesitó traer arqueros de afuera?

“En parte si, ya que tal vez por ser un conocedor del puesto sabia detectar buenos elementos. En mi etapa salieron: Mauricio Sepúlveda, Julio Tapia, Omar Arcos y Luis Corvalán. Todos ellos estuvieron un montón de años defendiendo el pórtico”.

Fue jugador, entrenador y formador ¿Cuál etapa es la que más añora?

“Creo que la de formador. Cuando me correspondió estar en ese lugar siempre intenté traspasar toda mi experiencia a los niños”.

¿Su mayor alegría en el fútbol?

“Sin lugar a dudas el título del año 71, donde aparte de jugador fui ayudante de Don Lucho Santibáñez. Yo jugué 7 partidos de esa temporada. Me lesioné en un partido en Perú (Arequipa) y volví con yeso. Fue ahí donde ‘el chico’ Humberto Tapia tomó el puesto y no lo soltó más, porque hizo una tremenda campaña”.